15.10.15

Ver para escribir: La mirada en la narrativa (peruana) / 1


¿Qué eventos, personajes o cosas miran los escritores (peruanos)?, ¿desde dónde lo hacen?, ¿cómo se modula esa mirada? Desde luego que hay cosas que se miran y otras que no se pueden o desean mirar. Y no hay duda de que cada escritor tiene derecho a mirar lo que quiera. Las interrogantes no apuntan a un deber, moral o de cualquier otra índole, que los escritores deban cumplir, sino a la configuración del relato. ¿Qué relación guarda esta mirada narrativa con la forma del relato?
Se puede responder que la mirada narrativa misma condiciona la forma del relato. O, como sugiere Bajtín, para el caso contrario, la forma del género (un manual de instrucciones, por ejemplo) prescribe la mirada a un tipo de acciones o cosas en particular (los pasos para construir una nave a escala, por ejemplo, y aquí no tiene cabida contar una historia social o personal). Es decir, también la forma del relato condiciona la mirada narrativa. ¿Pero cómo se manifiestan estas miradas narrativas? Veamos algunas.    
La mirada moderna y contramoderna
Dos grandes narradores como lo son Arguedas y Vargas Llosa miraban, o miran, siempre la sociedad, a su manera cada uno, por supuesto. El primero a través de su íntima experiencia de lo andino y el segundo a través de cierta ideología de lo moderno. Pero ambos, en todo caso, a partir de una profunda confianza en la novela como espacio para la discusión de asuntos sociales y políticos.

19.4.15

El relato del crimen: intento de una explicación formal y su correlato social (5/5)


7. El crimen expresivo o el simulacro de gobernar 

Hay relatos del crimen particularmente brutales. Aquellos donde se presentan docenas, cientos, miles o millones de cadáveres. Algunas palabras se han acuñado para designar esta muerte masiva: asesinato colectivo, matanza, masacre, holocausto, etnocidio, genocidio, feminicidio; y el crimen se narra en testimonios, novelas, películas, libros de historia y otros más.

Estas muertes y sus relatos se han dado a lo largo de la historia. En Latinoamérica, por ejemplo, el genocidio de la población indígena durante la conquista relatado en Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1552) por Bartolomé de las Casas, pero también en otras regiones del mundo. Dos casos más recientes, presentes aún en la memoria global (de los que quieren recordar) son suficientes: el holocausto perpetrado por los nazis (11 millones, 6 de ellos judíos) y el genocidio perpetrado por la aventura colonial de Leopoldo II de Bélgica, que tenía al Congo como propiedad privada (8 ó 10 millones, hasta ahora no se puede precisar). El primero se relata en los libros de historia, en los testimonios de sobrevivientes como en Si esto es un hombre (1947) de Primo Levi, o en novelas como Sin destino (1975) de Imre Kertész, entre los cientos que hay. El segundo, en una historia todavía no oficial, en novelas como El corazón de las tinieblas (1899) de Joseph Conrad o en el Informe del Congo (1903) que Roger Casement presentó ante el gobierno británico. Hablan de la muerte, de sus procedimientos, de la escala industrial, de la ofensa que representa contra lo humano. Son relatos que se enfocan en las víctimas, sus padecimientos y, también, su muerte; pero ninguno de ellos lo hace de manera dominante en el cadáver de la víctima.   

22.2.15

El relato del crimen: intento de una explicación formal y su correlato social (4/5)


6. El relato del combatiente desmovilizado o la reducción de la política
En Centroamérica, particularmente en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, décadas de insurgencia política, represión dictatorial y guerra civil (cada país con un proceso histórico diferenciado, por supuesto) produjeron la militarización de la sociedad (docenas de miles en el ejército, la guerrilla, los paramilitares), una abrumadora cifra de cientos de miles de muertos y desaparecidos, la desestructuración familiar, y una diáspora que produjo otros cientos de miles de desplazados internos y de emigrados principalmente a los EEUU.
¿Qué otra cosa produjo este largo conflicto político? Llegada la paz, la literatura registró y construyó la figura del combatiente desmovilizado, en lo que se ha venido a llamar la narrativa de la postguerra a partir de fines de los años noventa del siglo pasado.