En un
ensayo titulado “Guerra aérea y literatura” el escritor alemán, W. G. Sebald,
se pregunta por qué la literatura de la post-guerra registra mínimamente la
destrucción ocasionada, por ejemplo, por los bombardeos aéreos de los aliados a
las ciudades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial. Acción que mató a
cientos de miles y dejó a grandes sectores de la población urbana conmocionada
y traumatizada. Son muy pocos los relatos y novelas –señala-, que abordan el
tema directamente, y aún en ellos suelen ocurrir digresiones y rodeos que
estetizan o retorizan el evento, evitando el testimonio o la presentación
directa y cruenta. ¿Por qué los escritores no contaron decisivamente su
experiencia de la guerra?, se pregunta.
La adaptación y el ajuste
Una de las
razones que esgrime para explicar esta carencia o casi vacío en la literatura
alemana de la post-guerra es la adaptación.
La adaptación al régimen fascista
(nazi) de muchos de los escritores (sin llegar a ser colaboradores), que
después de la derrota se revelaría como una complicidad por inacción o una
falta de capacidad de resistencia y rechazo. Esta adaptación resultaría ser la causa por la cual muchos escritores de
la post-guerra estarían más preocupados en redefinir la comprensión de sí
mismos, en retocar su imagen, en ajustarla
–dice-, con respecto al régimen y la época nazi, que en dar testimonio o
abordar directamente la conmoción del pueblo alemán y la destrucción de sus
ciudades.