26.10.14

El relato del crimen: intento de una explicación formal y su correlato social (3/5)

5. El relato del sicario o la focalización en la figura del criminal

Poco después de Bustos Domeq y “La muerte y la brújula”, de esa agresión entrañable (como sería la deconstrucción para Derrida) a la figura del detective, Borges hace un cambio radical en la estructura del relato policial y pone el foco narrativo en la figura del criminal. “Emma Zunz” (1949) es un claro ejemplo de cómo el género revoluciona. No es el primer relato del crimen con la focalización puesta en la figura del criminal, ahí está de manera incontestable Crimen y castigo, y también, claro, Los miserables, Edipo rey, o Acaso no matan a los caballos de Horace McCoy, y otros más; pero “Emma Zunz” se construye rigurosamente en relación a la mirada policial.

Uno se entera de la manera en que se ejecutó el crimen sólo siguiendo a Emma: primero el plan, luego el asesinato. No existe la figura del detective y su función es derivada al lector quien es finalmente el único, además de Emma, que sabe la verdad. El móvil es vengar la injusticia cometida contra el padre. No hay un procedimiento de investigación, pero si hay uno para dar la muerte: Emma usa su cuerpo (desvirgado por un marinero la noche anterior como parte del plan) para incriminar a Loewenthal, la víctima, y tener una justificación para defender su honor y matarlo.

20.10.14

El relato del crimen: intento de una explicación formal y su correlato social (2/5)

 4. El relato de investigación o la insuficiencia y el exceso del uso

El relato de investigación que lee huellas, indicios, que deduce y resuelve crímenes y enigmas se ha escrito desde siempre. Ya se ha mencionado El libro de Daniel y Zadig que decisivamente usa un razonamiento deductivo. Otro gran ejemplo es Edipo rey de Sófocles, que es tanto un relato de investigación como uno de crimen. La práctica de la investigación misma es tan antigua como los relatos que dan cuenta de ella, Carlo Ginzburg señalaba que ya los primeros cazadores en la los albores de la humanidad practicaban la actividad de leer huellas (de animales y hombres) y sacar conclusiones; que los críticos de arte en el siglo XIX observaban detalles menores como la forma de las orejas o las manos para determinar la autenticidad de una pintura; que Freud y la legión de psicoanalistas que lo siguieron, hasta ahora, intentan leer los actos fallidos, los síntomas, y deducir las operaciones del subconsciente. En todas estas actividades de investigación, de leer huellas y síntomas, el objetivo fundamental era y es obtener una respuesta (¿quién lo hizo?, ¿dónde está?, ¿cómo lo hizo?, etc.). Resolver el enigma, encontrar la presa, descubrir la autenticidad de la pintura, conocer la producción simbólica del subconsciente. Estas respuestas eran y son también el objetivo del relato de investigación.

¿Pero qué ocurre si ese objetivo deja de tener interés o se vuelve secundario?

13.10.14

El relato del crimen: intento de una explicación formal y su correlato social (1/5)

De cómo el género policial sufre algunas transformaciones de acuerdo a ciertas experiencias del crimen en América Latina y da lugar a nuevas formas narrativas. O de cómo estas formas narrativas se distancian del policial clásico y la novela negra sin dejar de compartir algunos elementos estructurales con ellos. Por tanto, ésta no es, en sentido estricto, una revisión del género policial o negro en América Latina. 

1. Repetición y figura

Algunos dicen, como Rodolfo Walsh, que el primer detective de la historia fue Daniel y que el primer relato de investigación sería El libro de Daniel del Antiguo Testamento. Otros, como Carlo Ginzburg datan este origen en una fecha más reciente, Zadig de Voltaire, con Zadig resolviendo enigmas y crímenes apelando al razonamiento deductivo. Y otros, como Borges, señalan que el relato policial (no dice policíaco) se inicia con Los asesinatos de la calle Morgue de Edgar Allan Poe. Lo cierto es que para que el género sea género tiene que repetirse y Poe propone una estructura narrativa, unos cuántos elementos, un procedimiento, y empieza a repetirlos en otros relatos más.

La estructura narrativa, como se sabe, la ordena según la secuencia: enigma-investigación-solución. Entre los elementos que propone, el crimen y su resolución ocurren en un lugar cerrado, el procedimiento para encontrar la verdad es un riguroso razonamiento lógico deductivo, y la figura del detective (Auguste Dupin), se vuelve tal, una figura, porque aparece repetidamente en varios relatos representando la misma actividad: investigando un crimen. Es decir, no es alguien que alguna vez investigó y resolvió un crimen.