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6.4.14

Striptease o la escritura post-catastrófica según Eielson


Primera muerte de María

Esta novela de Jorge Eduardo Eielson publicada en 1988 (el mismo año de la masacre de Cayara, Ayacucho, donde fueron asesinados 37 comuneros),  se desarrolla en un escenario post-catastrófico. Lima es una ciudad en ruinas devorada por las arenas del desierto, donde subsisten aún muchedumbres hambrientas; y no distante a ésta ha surgido otra ciudad, la Metrópoli, epítome de la riqueza, el avance tecnológico y la exclusión social.

La novela no presenta imágenes de la catástrofe. La catástrofe es catástrofe porque precisamente los mecanismos de representación de la memoria han sido afectados. ¿Cómo representar el pasado?, ¿la vida presente? La novela resuelve estas interrogantes haciéndonos leer una performance, la de Lady Ciclotrón o María. Personaje central que ejecuta un strip tease durante toda la novela como forma de expresión y construcción de la memoria.

12.2.14

Ética de la novela y mediación textual


Cuando el narrador de Los eunucos inmortales del escritor peruano Oswaldo Reynoso, piensa en escribir una novela sobre China, se pregunta “¿cómo narrar?”. ¿Cómo caracterizar a un personaje?, ¿cómo escribir un monólogo interior, si, después de haber vivido más de diez años en China, no habla la lengua, no puede sostener una conversación en chino, y su mundo se remite a sus contactos con los estudiantes y la pequeña comunidad extranjera traductora y correctora de estilo que vive en su hotel? Se dice entonces que escribir de esta manera va en contra de la ética de la novela. ¿Qué implica una ética de la novela para este personaje escritor?

1. Narrar como experiencia del otro

Este personaje decide escribir una novela bajo el formato de la ficción del diario para dar cuenta de su estadía en China y particularmente sobre aquellos días infaustos de la masacre de Tiananmen. Escribir entonces, se hará posible debido al impacto que el otro, los amigos chinos, los extranjeros, el mundo a representar, tienen en él. Como lo dice Levinas cuando reflexiona sobre la figura del testigo: “ '¡Heme aquí!' delante del otro; y por el hecho de que, ante el otro, reconoce la responsabilidad que le incumbe, se encuentra con que ha manifestado lo que el rostro del otro ha significado para él” (Ética e Infinito). Es decir, escribir es narrar la experiencia propia, la que uno tiene del otro.